
Utilizando los materiales propios y tradicionales de la Isla de Ibiza,
Francisco de la Guarda ha creado una obra donde se respeta la intimidad del individuo y disfrutar de este maravilloso paisaje no es sólo un privilejio, sino una realidad absolutamente palpable.

Esta casa se encuentra en pleno Mediterráneo, sobre un motículo elevado, lo cual permite que la construcción disfrute de unas magníficas vistas sobre el mar. La volumetríase ha hecho con una fiel adaptacíon a la inclinación propia del terreno; por lo que todas las salas se distribuyen siguendo los niveles.

Desarrollado en tres niveles. El superior, se compone de un vestíbulo de grandes dimensiones (patio-jardín) donde se comunica con las zonas principales de la casa.

El aspecto más importante y determinante de este proyecto lo constituye la luz natural, tan rica en dada la ubicación.
Al crear dos espacios grandes patio-jardín, se produce la mayor captación de rayo solares, por lo que las aberturas restantes son reducidas.
